Las acciones de Evergrande se desploman a mínimos desde 2010 tras anunciar posible impago
Las acciones del gigante inmobiliario chino Evergrande cotizadas en Hong Kong cayeron este lunes a mínimos desde mediados de 2010 después de que la compañía anunciase que es posible que no pueda hacer frente a toda su deuda y que negociará un plan de reestructuración con sus acreedores offshore. Poco después de las 11.00 hora local (03.00 GMT), los títulos de Evergrande caían un 10,2%, lo que se que se traduce en un desplome acumulado del 85,7% en lo que va de año.
Por otro lado, el anuncio supuso un jarro de agua fría para los inversores puesto que este lunes también es la fecha límite de las prórrogas para pagar un total de 82,5 millones de dólares en concepto de intereses de dos paquetes de bonos offshore, uno con vencimiento en noviembre de 2022 y otro, un año después.
En concreto, Evergrande debía haber pagado esas cantidades el pasado 6 de noviembre, pero las cláusulas de sus bonos incluyen una prórroga de 30 días naturales tras la fecha de pago antes de que se pueda considerar que la compañía ha incurrido oficialmente en impago, según informa Efe. El impago podría generar una situación de cross-default («insolvencia cruzada»), en la que el incumplimiento con un solo acreedor basta para que otros puedan reclamar la devolución de sus préstamos.
Deuda de más de 19.000 millones
La deuda offshore de Evergrande es de más de 19.000 millones de dólares, cantidad relativamente pequeña en comparación con el pasivo total del grupo, que supera los 300.000 millones de dólares, aunque según las autoridades chinas solo un tercio de esa cantidad se corresponde a obligaciones financieras.
Tras semanas de cierta calma en las que el conglomerado fue esquivando los impagos sobre la bocina en varias ocasiones, el viernes por la noche volvieron a sonar las alarmas tras un comunicado en el que Evergrande avanzaba el posible impago de 260 millones de dólares de un aval.
El grupo reveló que había recibido una demanda para afrontar el citado pago en un momento en el que «no hay ninguna garantía» de que disponga de fondos suficientes para cumplir con sus obligaciones financieras ante su crisis de liquidez, causada en parte por las restricciones impuestas por Pekín al acceso a la financiación bancaria para las promotoras más endeudadas. En el mismo documento, el grupo anunció su intención de negociar con sus acreedores un plan «viable» para la reestructuración de su deuda offshore.
Después la publicación del comunicado, las autoridades chinas reaccionaron en cadena: primero, las autoridades de la provincia suroriental de Cantón, donde la compañía tiene su sede, anunciaron que destinarían un «grupo de trabajo» a Evergrande para «resolver sus riesgos de forma efectiva».
Tras ello, el Banco Popular de China (BPC, central) y los reguladores de bancos y aseguradoras y del mercado de valores salieron al paso para lanzar mensajes de calma y asegurar que el riesgo de contagio de la crisis de Evergrande para otras compañías del sector es «controlable» y que «no tendrá un impacto negativo» en el sistema financiero del país.